La prednisona es un glucocorticosteroide, que es un análogo sintético de la hormona suprarrenal. Está disponible en forma de comprimidos, jarabe e inyección. El principal mecanismo de acción de la prednisona es su capacidad para suprimir las respuestas inflamatorias e inmunitarias en el cuerpo.
La prednisona se utiliza en la práctica médica para tratar una amplia gama de enfermedades y afecciones. Se puede utilizar para tratar enfermedades inflamatorias agudas y crónicas como artritis, asma, psoriasis, artritis reumatoide, enfermedades autoinmunes, etc. Además, la prednisona se puede prescribir como agente inmunosupresor en el trasplante de órganos y tejidos, así como para suprimir las reacciones de rechazo inmunológico.
La dosis de prednisona depende de la forma del fármaco, la edad del paciente y la naturaleza de la enfermedad. Normalmente, la dosis inicial para adultos es de 5 a 60 mg al día, tomada una vez o dividida en varias dosis. El médico puede ajustar la dosis individualmente según el efecto del tratamiento y la respuesta del paciente al fármaco. En niños y jóvenes, la dosis también se determina individualmente; El uso prolongado de prednisona en niños debe realizarse bajo la supervisión de un médico.
Al usar prednisona, se deben tener en cuenta los posibles efectos secundarios, como aumento de la presión arterial, retención de líquidos en el cuerpo, aumento de peso, úlceras gástricas o duodenales agudas, trastornos metabólicos, trastornos del sueño, disfunción cognitiva, síndrome de trastorno de conducta, etc. La prednisona también puede causar reacciones alérgicas, por lo que los pacientes alérgicos a la prednisolona u otros medicamentos de este grupo deben abstenerse de usarlo.
Cabe señalar que el uso de prednisona solo debe realizarse según lo prescrito por un médico. Antes de comenzar un tratamiento con prednisona, es necesario realizar un examen exhaustivo del paciente y establecer un diagnóstico preciso. El médico también debe considerar las características de la enfermedad, las posibles contraindicaciones y los riesgos potenciales para el paciente. Las concentraciones sanguíneas de prednisona pueden disminuir o aumentar cuando se administran otros medicamentos concomitantemente, por lo que es importante informar a su médico sobre los medicamentos que está tomando y seguir la dosis prescrita. También debe evitarse la retirada brusca de prednisona, ya que puede provocar el desarrollo de insuficiencia renal aguda o la exacerbación de la enfermedad.
La prednisona debe tomarse con alimentos o inmediatamente después del desayuno para reducir los posibles efectos secundarios. La dosis y la duración del tratamiento las determina el médico en función de la naturaleza y la gravedad de la enfermedad. En el caso de enfermedades debilitadas, así como en niños y pacientes de edad avanzada, se suelen recetar dosis bajas del fármaco al día.
La prednisona puede aumentar o verse potenciada por los efectos de otros medicamentos. También puede estar contraindicado el uso concomitante de medicamentos como el etopósido y la carbamazepina.
La prednisona puede tener efectos secundarios, entre ellos, problemas metabólicos, supresión del sistema inmunitario, posibilidad de infección, hipertensión, osteoporosis, úlceras gastrointestinales y eosinofilia. Si se produce algún efecto secundario, debe consultar a su médico.